sábado, 15 de febrero de 2014

Escorrentías


Llueve.
Milímetros de agua que cae fuera de grifo por la mecánica de las cosas del mundo. Partículas líquidas de diámetro mayor de 0´5 mm. Nimbostratus, que se despierta una mañana y le dice a  Cumulonimbus: eh! tú, vamos a llover un rato junta. Y se pasean por el aire regándolo todo con ese afán mojador y ganas de empapar que les da tanto gusto. Divertidas las nubes al verse reflejadas en sus propios espejos/charco y, sobre todo, en fastidiar a los paraguas de colores y a los adustos varoniles y negros que se abren a su paso para nada, cabeza seca pies mojados. Paraguas de  adorno. 
La lluvia sabe de escorrentías, llegar a los pozos y guardarse entre arcilla. Mójate botijo, que no pasa nada

5 comentarios:

Sun Iou Miou dijo...

Para un día que no llueve y me amanece usted con esto!

Sun Iou Miou dijo...

(Donde digo un día, digo un momento, porque las nubes están ahí, esperando a que nos confiemos...)

Esperanza Suárez dijo...

Acabas de desvelar la alegría que se esconde en un día lluvioso. Y encima haces que parezca fácil.Casi dan ganas de salir a jugar fuera y empaparse.

ella dijo...

Y es que no para de llover aquí en la meseta. Qué será en donde siempre...
Paraguas a la porra, ya crían ranas mis zapatos.

Anónimo dijo...

No nos quejemos que, cuando no llueve, todo son quejas de labradores porque no crecen ni los cardos. Pero aparte de esto que digo... maldita lluvia cuando es un día y el otro también.
Besinos cálidos para contrarrestar. Minervina.