jueves, 30 de enero de 2014

La comunión de los santos

Esta mañana me encontré por la calle a la Virgen del Pilar, iba ella con prisa porque la esperaba la Virgen del Rocío, habían quedado en ver unas telas para sus trajes. No deben personas de tan alto rango ir mal vestidas en las procesiones y, sobre todo, recibir a las visitas de cualquier manera. Me saludó afectuosa y la acompañé hasta que se encontraron en el café de siempre, donde estaban en ese momento San Antonio y San Isidro echando una partidita a la brisca mientras hacían planes para sus próximas verbenas en la capital.
 Al verse se saludaron, yo me quedé encantada de ver a cuatro tan famosos juntos y yo allí, con ellos.
La verdad es que conocí a la Virgen del Pilar en un viaje a Zaragoza por asuntos de trabajo y nos hicimos muy amigas, es un encanto de virgen. La del Rocío me parece un poco altanera pero bueno, yo me callo.
Los santos saludaron y siguieron a lo suyo, nosotras nos sentamos en la mesa de al lado. Mientras ellas hablaban de sus cofias y joyas pude observar cierto malestar entre los chicos. Aguzando el oído escuché algo que me dejó perpleja:

S.Isidro: vaya dos!
S.Antonio: van de divas!
S.I.: se creerán que son las únicas. A mi me encanta la negrita esa de Montserrat, y qué me dices de la Virgen de los Peligros...
S.A.: si, hay unas cuantas. Lo que me hace gracia es que todas se creen madres del Señor.
S.I.: nunca hubo un dios nacido de tantos úteros.
S.A.: nosotros los santos al menos tenemos personalidad propia. Aunque la gente nos atribuye cada cosa...fíjate a mi con lo de los novios, y ademas me recriminan que los novios  que doy pegan.
S.I.: no me lo puedo creer!

Yo empecé a pensar que se les debía haber perdido la Fe por alguna parte, ya ni creían en sus propios milagros. Pero tenían algo de razón, las vírgenes eran las preferidas de los ministros a la hora de pedirles que intercedieran ante Dios por ellos, a ver si les ayudaba a resolver sus desmanes. Y Dios casi siempre hacía el milagro a través de las Vírgenes. En cambio los santos estaban siempre en asuntos menores como lo de los novios, los imposibles, la salud, en fin. La discriminación estaba clara.

Los santos decidieron hablar con Dios y quejarse, pero las razones del Todopoderoso son absolutas: !Ellas son mas rentables para nuestra empresa, sed humildes y rezadme un Padernuestro para que os perdone la desobediencia!

De esto me enteré después, cuando el comité de empresa de las Vírgenes denunció al sindicato de Santos por maledicencia, que es pecado.

La que se armó!!!

3 comentarios:

Esperanza Suárez dijo...

Buenísimo!

Anónimo dijo...

Ella, yo estoy de acuerdo con lo que dicen los santos en todo. Pero lo que más me extraña de tu magnífico texto es que creas en la Virgen del Rociío y en la del Pilar. Vamos a ver, ¿Es que no sabes aún que la única virgen VERDADERA, sí, VERDADERA, es la de Covadongaaaaaa? Pero buenoooooooo, jajajajajaja. Esto de ser asturiana es tremendo. Un beso a todos los que me lean. Minervina.

ella dijo...

Covadonga, claro, esa es la buena.
Pues mira Minervina, un día nos vamos de paseo por las iglesias a hacer recuento de vírgenes, y luego a ver si nos publican el catálogo.
Pobre dios, con tanta madre...