Esperando el poema dedicado a Giovanna...
(Giovanna Tornabuoni)
Desde el nombre, tan dulce,
a los hombros, y al cuello
y a las manos,
eres para mis ojos
el hechizo que trae la incertidumbre/
de una vida velada y su misterio.
Hay un tono correcto de elegancia
en el perfil erguido de tu imagen,
en la disposición de los cabellos
recogidos en parte , o caídos en bucles/.
Toda tú eres secreto para quien no dispone/
de información precaria, cuando menos/,
sobre algunas costumbres o la moda
de aderezos sutiles en los trajes.
La mirada tranquila y su confianza
no parece que duden del retrato,
de la fidelidad de la pintura, o de mi devoción por interiores.
No pudieron, en cambio, presagiar
(en la serenidad con que te envuelven)/,
que aquella gravidez que se anunciaba/
pondría fin al tiempo de la vida.
Mª Consuelo Fernández Suárez
( Marzo, 1996)
7 comentarios:
Nos sentamos?
DOMENICO GUIRLANDAIO
(Giovanna Tornabuoni)
Desde el nombre, tan dulce,
a los hombros, y al cuello
y a las manos,
eres para mis ojos
el hechizo que trae la incertidumbre/
de una vida velada y su misterio.
Hay un tono correcto de elegancia
en el perfil erguido de tu imagen,
en la disposición de los cabellos
recogidos en parte , o caídos en bucles/.
Toda tú eres secreto para quien no dispone/
de información precaria, cuando menos/,
sobre algunas costumbres o la moda
de aderezos sutiles en los trajes.
La mirada tranquila y su confianza
no parece que duden del retrato,
de la fidelidad de la pintura, o de mi devoción por interiores.
No pudieron, en cambio, presagiar
(en la serenidad con que te envuelven)/,
que aquella gravidez que se anunciaba/
pondría fin al tiempo de la vida.
( Marzo, 1996)
Siento que algunos versos no quepan en el cuadrado del comentario. Un besín asturiano a todos.
Veo, con sorpresa , que sí han salido en su dimensión completa los versos que creí que había que fragmentar.
Ella, ya no me acordaba de lo que te dije de este poema. ¡Qué memoria la tuya! Jajajaja. Minervina.
Sun Iou, mereció la pena esperar.
Y el poema llegó. Gracias Minervina.
Vale, el poema está, Ella, pero con la letra en un tono (habrán sido los duendes informáticos) que no hay quien lo lea. Háganos la merced de ponerlo de manera que una no se tenga que dejar los ojos. Y después veremos (nunca mejor dicho).
Anda, ¡pero si estaba aquí dentro también! Perdón, no lo había visto.
Publicar un comentario