
La noche abrió uno de sus múltiples ojos y vió el cielo azul y un arbolillo temblando.
-!Señor Sol!-dijo la noche-caliente usté un poquito que este arbol tiene frío.
-Pues yo caliento, que estoy en zenith-dijo el Sol-el frío lo trae ese viento que ulula y congela.
-!!!Oh, cielos!!!-dijo la noche- me he dejado abierta la isobara. Y fue corriendo a cerrarla.
El Sol calentó un rato más y se fue. El pino no dijo nada. La oscuridad volvió a reinar y la noche cerró ese ojo y abrió otro en alguna otra parte del universo...
(continuará)
5 comentarios:
Está bien, con la vista sobre el Palacio de Oriente y el bosque, que parece que continua hasta la Casa de Campo (como si no hubiese una ciudad debajo), y usted se fija en un pino... No está mal
No está mal el detalle del comentario de Condado. Yo añado el hecho de que, en esta parte de la sierra norte, el sol se ha olvidado de que existimos. Acabo de llegar de la calle y vengo aterida. Sólo tenemos 4 grados. Esto es de juzgado de guardia. Actuaré judicialmente. Abrazos a todos los que me leáis. Minervina.
Sra. Minervina, todo es relativo. Para mí, que he vivido entre los Alpes y Siberia, el frío empieza a -10º.
Pero tuve una amiga en Moscú para la cual el frío empezaba a... a ver si lo adivina.
Pues no: a -40º.
Condado, se nota que sabe donde está el pino, el pobre, tan plantado.
Minervina, la isobara debe estar abierta cerca de su casa, mire usted bien.
Ricky Mango, entre los Alpes y Siberia me suena que está Viena, creo. No es así?
D. Ricky Mango; esas temperaturas de las que me habla su señoría ni me las puedo imaginar. Tendré que pedirle que me mande el e-mail de su amiga de Moscú para que me las explique ella con todo detalle. Un abrazo. Minervina.
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