En toda mi vida sólo he pensado en el suicidio 4 o 5 veces. Una, cuando me dejó aquella novia hace ya muchos años. Después de eso, las 3 o 4 ocasiones en que he escuchado "La noche transfigurada". La primera de ellas fue en Viena con Mauricio Sotelo, en invierno, a 23ºC bajo cero, mirando por la ventana las calles desiertas del distrito IV, siendo ya noche cerrada (sin transfigurar) a las 3 y media de la tarde.
¡Socorro! (Me marcho a fumarme un puerro de Vivaldi).
2 comentarios:
En toda mi vida sólo he pensado en el suicidio 4 o 5 veces. Una, cuando me dejó aquella novia hace ya muchos años. Después de eso, las 3 o 4 ocasiones en que he escuchado "La noche transfigurada". La primera de ellas fue en Viena con Mauricio Sotelo, en invierno, a 23ºC bajo cero, mirando por la ventana las calles desiertas del distrito IV, siendo ya noche cerrada (sin transfigurar) a las 3 y media de la tarde.
¡Socorro! (Me marcho a fumarme un puerro de Vivaldi).
Bueno, bueno, no es para tanto. Culpable el frío y la niebla vieneses, no Schoenberg y sus novenas invertidas.
Cuidadito con Vivaldi.
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